Gente así (Parte II)


José Antonio González.
Iba delante de mí, en la otra acera. Los carros pasaban volando. Crucé. No me hizo falta interceptarlo, él volteó, me divisó y dijo: “pasa tú primero, mi amor”. Su voz no combinaba con su ropa, ni con sus pies anchos sobre el suelo, ni con su pelo tostado, ni con su boca emburujada en una barba selvática. Aproveché lo que me dijo para anclarme en lo que sería nuestro encuentro “¿me dejarías tomarte una foto?”. Él aprovecha más “sí, pero dame aunque sea pa’ una canilla, que hay hambre”. Hambre es una palabra cruel. No debería existir, y nadie debería padecerla. “No hay rollo, vale, agarra”. Dos mil bolos le alcanzarían. No posa, no se esfuerza, sólo mira la cámara estoico. Mientras tanto, le pregunto qué soñó anoche. No me deja ni terminar la pregunta cuando ya giraba la cabeza a modo de negación. “¿Y no te acuerdas de lo último que soñaste?”, cual infante que no se sabe la capital de Finlandia, se encogió de hombros. “Pero gracias por los riales”. Y siguió su camino, descarado y desinteresado por completo. Me causó cierta gracia, pero más molestia que gracia, hasta que vi las fotos, salieron bien…casi casi se puede ver al hombre detrás.

Joel Chirinos
Me apena mucho como todo comenzó, pero…mira cómo continuó. Llegué a la Plaza Francia de Altamira un día cualquiera, dispuesta a que sucediera cualquier cosa. Las sorpresas jamás se hacen esperar. Ví a un hombre de pie (Gustavo), con pinta de viajero, hablando con otro (Joel Chirinos) que descansaba sobre la grama, al lado de un perro despeinado. Pensé torpemente que Gustavo andaba en las mismas que yo, pero más equivocada no podía estar. Mi impulsividad me tomó de la mano y nos acercamos a introducir un “hola, estoy entrevistando indigentes”. Gustavo rescata “ah, ¿sí?, ¿y quién es el indigente aquí?”. Enrojecida y resignada a mi metida de pata, reparé con detalle a Joel. Efectivamente, era un hombre bien puesto, con su ropa, maletín y zapatos limpios, barbudo, canoso y quizás un poco cansado. Me traicionó la percepción, no cabía mi vergüenza en la plaza. Ya ni recuerdo como acomodé el asunto, el caso es que, como “Pedro por su plaza” me senté al lado de Joel y ya éramos tres nadies hablando de...
hablando.
Gustavo es un artista independiente, pintor, amigo de Joel hace una chorrera de años. El parecido con Guillermo Dávila lo noté al instante, pero más interesante era lo que hablamos que mi posible “¡cómo te pareces a Fulanito!”. Lo dejé así. En cuando a Joel, no se tardó para presentarme a Imán, el perro. Pregunté por qué ese nombre. Me explicó el origen religioso de la palabra (por el islamismo) y ya para entonces estaba yo boquiabierta. ¡Éste señor era un sabiondo! Resultó ser paisajista y artista plástico. Cómo engañan las apariencias, verdaderamente.
Gustavo se fue al rato porque vive lejísimos, así que quedamos Joel y yo inmersos en una conversación que se extendió hasta que mi vejiga lo permitió.
“¿Crees es Dios?”, pregunté, “porque hay personas que no creen en Él, pero sí en las energías”. Me interrumpe “Dios para mí no es el viejito con el triángulo aquí (se señala la cabeza). Para mí es una energía, que si la manipulas bien, es positiva, es relativo porque, fíjate, el mal también es una energía”.
Hablando de su oficio, introdujo “así tú reproduzcas, eres creadora. Supongamos, tú pintas el Ávila veinte mil veces igual, eres recreadora. Tú haces dos docenas de esta blusita, eres recreadora. Pero si eres diseñadora, partes de cero y haces la blusita de diferente forma. Creas. Pero es un rooollo, chama, un rollo de palabras, de ideas”.
-“¿Qué artistas te gustan/admiras/sigues?”
- “Me gusta la generación de artistas del 50. Reverón. Pero el más interesante, el más futurista: Alejandro Otero. Todavía no lo conocemos, es muy culto, muy moderno”. Se reserva varios pensamientos, los ordena y suelta “y aquí aún estamos en la época de Soto, los palitos colgando, el colorcito, no quiero decir que eso sea malo, sino que es convencional. Si Otero hubiese nacido en Londres, todo el Tate Gallery estuviera lleno de sus obras. Él con sus obras no sólo da sino que pide una dosis de cultura”.
A estas alturas, estaba yo como una niña aferrada a la silla de Santa, esperando por el regalo. Me sentía halagada ganadora de la lotería por haber encontrado más de lo que buscaba. No se trataba tan sólo de lo que decía, sino la pasión con la que expresaba toda esa ganancia cultural que la vida le ha arrojado, a pesar de las adversidades, como el haber sido indigente, (¡Eureka!), relató sus días de drogas y pérdidas, anécdotas crudas que me hicieron agradecer ese encuentro, una perfecta casualidad.
- “¿Cuál es tu libro favorito?”
- Oye, mira, “La Ilíada” de Homero. “Demián”, “Lobo estepario” y “Sidartha” de Hermann Hesse.


“¿Puedes anotar un personaje?, esto es prioridad. Marcel Duchamp. Francés. Fue campeón mundial de ajedrez, dejó el arte por el ajedrez. Él pensó que no había más nada que decir. Hay dos artistas muy importantes en la Edad Moderna: Picasso, que cambia el concepto de la belleza y este Marcel Duchamp que cambia la forma del ver el arte”
- “Chico, pero ¿será que existe la belleza, como para que venga alguien y la cambie?.
(Reflexiona). No, ya no existe la belleza, fue desplazada por el gusto. Aunque a mí no hay nada que me horrorice más que la belleza. Porque quisiera tenerla, poseerla (se ríe y empuña las manos).
- “Entonces también debería horrorizarnos el amor”.
- “¡El amor no horroriza!”.
- "¡Pero quisiera tenerlo!".
- "Lo vas a tener. No tienes que buscarlo. Si lo buscas, puedes ser víctima de él”.
Era encantador el cambio de tema, dulcísimo. Joel continúa.
“(…) pero va a haber un momento en el que serás asexual. Todos sufrimos ese momento. Es una etapa. A nadie le gustamos. Es un cambio en la forma de ser, maduramos y vemos todo diferente en la vida. Asexualidad. Eso es bueno, porque te crea conflictos existenciales de 'por qué, por qué no me quieren, no le gusto a nadie' entonces las personas ven dentro de ellas, no van a buscar afuera, es que cuando buscamos el amor, ¡buscamos afuera!, en cambio cuando buscamos dentro de nosotros, sabemos de qué somos capaces”
- ¿Tú sufriste tu temporada “asexuada”?”
- "A veces soy asexuado. Cuando no lo estoy, lo disfruto. La gente me quiere mucho, no para acostarse conmigo. Hay que separar el amor del acto carnal, es diferente. Puedes hacer el amor con alguien, porque amas su cuerpo pero no su mente. Hay gente que vende el sexo, aquí hay un tipo que vende sexo. Es increíble el carajito, es un varón. El vende varón a los hombres que no son varones, pero no vende amor. El hace creer eso, pero vende placer. El sexo es…coño, es un rescate emocional. Hay que definir bien eso, sobretodo tú que ya vas a ser adulta, (me mira concentrado) tú tienes como 20 años…”
- "Sí, exactamente 20".
- “Estás en un momento en el que deberías definir…es que, ya va… ¡no encontramos el amor porque no definimos qué queremos! Tampoco hay que darle mucha importancia a pensamientos tipo ‘¿por qué nadie me ama?’. Muchas veces me pasa que veo unos amantes devorándose a besos y digo ‘¿verga, por qué tengo que andar solo?’, pero de repente veo un tipo horroroso con una niña espectacular y digo ‘bueno, todavía tengo oportunidad, coño, entiendes’ (risas). Espíritus afines le llaman a eso. Pero también existen las almas gemelas, el problema es que…mira, agh (parece darse por vencido en esto de explicar semejante tema, pero prosigue). El problema es que muchas veces creemos que el amor es propiedad privada y no lo es. Nadie es mío. Quizás el matrimonio te de un documento que diga que esa persona es tuya, pero no. Que dice que es tuya al menos hasta que la muerte los separe. Pero tampoco es la muerte la que los separa, es el destino".
Pasa un tipo paseando a su perro. Joel exclama “Hooola, salúdalo Imán, saluda, anda”. Imán se alborotó en presencia de otro despeinado como él.
“El otro día comenzamos a hablar un muchacho como de tu edad y yo, así, sin conocernos. El chamo es Boy Scout. Me vi reflejado porque cuando yo era niño quería ser Boy Scout pero era muy pobre y los Boy Scouts eran niños ricos que vivían en urbanizaciones, okay? (a forma de burla). Si tengo un hijo lo meto a Boy Scout, porque saben defenderse. Las niñas deberían saber eso, si se hieren se hacen torniquetes, sabrían hacer fogatas, cocinan sus vainas solas. Lo que pasa es que la sociedad quiere que la pobreza se mantenga, que no despertemos y no promueve ser Boy Scout, cuando son ellos los llamados a recoger las ayuda, dirigen la calle, ¿ves? Sirven más que el propio ejército, porque éste digiere, digiere, digiere…matar, matar, matar. Es psicópata. Es un rollo muy arrecho, okay?. Bueno, bueno. Volviendo al chamo éste, comenzamos a hablar de libros, me dió la dirección de su página, yo le dí el mío (http://www.joelchirinos.blogspot.com/) para que viera mi trabajo y supiera con quien estuvo hablando, que soy un volao’, un volao’, porque amo mi trabajo. Pienso en Nueva York cuando pienso en arte. Yo, como artista conceptual, sufro un shock cuando veo un objeto en abandono, porque los objetos me gritan y los entiendo.
- “¿Con qué conceptos trabajas?”
- “El reciclaje. Los objetos que la gente ve como basura, yo los tomo y hago algo”.
- “¿Estuviste en Nueva York?”
- “No, pero Nueva York es la capital del arte en el planeta, gracias a Andy Warhol y Rochemberg. Hasta el 60 fue París".
- "¿Dónde vivirías?”
- "¡En París! (risas). O en Yucatán, por allá, las mesetas de México. Me gustaría verlas porque están las pirámides de los Mayas, son más arrechas que la de los egipcios. Los mayas dejaron todo escrito en las paredes, tenían un alfabeto, números, sabían el movimiento solar. ¡Cosas así tenemos que conocerlas! Es parte de nuestra historia. El blanco, el español nos metió fue toda la vaina de Roma, la religión católica y nos cerraron toda esa información. Mira, tenemos más de dos horas hablando".
“Joel, y yo me estoy haciendo pipí, no me quiero ir, ¡pero me voy!, qué gustazo…

Y me despedí más que circo pobre, pensando en la fortuna de haber dado con este hombre que asegura tener su casa tan repleta de libros como su vida de cuentos. Muchas de sus ideas me taladraron el cráneo, pero lo que más me golpeó fue la convicción con la que dijo haber tenido -hasta ahora- una buena vida a pesar de las penurias. “Siempre me ha gustado leer, allí está todo, en el querer enterarse”. Sería bueno echarle un ojito a su trabajo. A mí, sinceramente, me gustó.
http://www.joelchirinos.blogspot.com/

                                          


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Comentarios

  1. esto es realidad pues. creo que a todos nos hace falta un poco de ella cada tanto. La primera parte de esta entrada también está magnifica.

    saludos.

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  2. Lo arrecho es que una pasa, ve a ese señor, y agarra la cartera con más fuerza.
    Este post es una cachetada cultural para más de uno (incluída yo)
    Eres una genia, muchacha.

    P.D.: Vinilo en el Molino el 10 :)

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  3. -Se pone de pie...- Grande, inmenso este post!

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  4. ¿Sabes? Yo era el chamo Boy Scout con el que el habló, He descubierto que es mas facil hablar con la gente así (con el aspecto que tiene joel)que con la gente bien vestida y arreglada, te deja mas en la mente una charla con el, y el perro es muy amistoso tambien...definitivamente Joel va encaminado a convertirse en una leyenda urbana

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  5. Que increible.... Esta entrevista es digna de aparecer en una revista.

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  6. Me ha encantado. Es tan interesante que, en vez de escribir aquí un tonto y vanal comentario, me lo voy a volver a leer.

    ;)

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  7. Bueno mira te cuento que no te voy a decir lo que ya sabes. Que eres tremenda no? eso quedo claro. sin embargo si te digo que si no haces algo con este talento, te vamos a jodé entre toitoos. No mentira, pero en serio, no prives al mundo de tu talento. Dame el placer de poder salir y comprar un ejemplar de el libro que publiques, la revista y/o periodico donde trabajes, porq ya estoy mas que sembrada aqui en tu blog. Besos!

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  8. Conocí al "Negro Joe", así lo llamábamos en los setenta, en la época de Zap en El Rosal, época de desenfreno, libertad y vivencias sin límites. En Zap, un grupo de jóvenes creaban infinidad de cosas, se escuchaba música, y los happenings eran memorables. El Negro Joe siempre fue un gran conversador. Manejaba muy bien los temas que aquí comparte en esta entrevista. Tengo décadas sin verlo ni oirlo. Vivía en aquel entonces en Petare, si mal no recuerdo por Baloa. Para buscarse el sustento diario, lo recuerdo pintando un local en Chacao y reparando motos. Excelente entrevista y entrevistado! Saludos.

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